En la breve homilía se hizo incapié en l Grandeza de ser Templos del Espíritu Santo y testigos de Cristo Resucitado. El Vicario Episcopal animó a todos a dar gracias a dios por la
Grandeza que en una hora se desarrollaría como torrente de gracias en ellos. El Recibir el Sacramento de la Confirmación, el Sacramento de la Eucaristia y el que previamente a la ceremonia
Recibieron: el Sacramento de la Confesión.
Por último se les animó a todos a celebrarlo con un estupendo chuletón de Ávila regado con un excelente vino. ¿Porqué no? La ocasión fue propicia para ello y si Dios quiere a sus hijos contentos…¿Porqué desobedecer a tan Buen Padre?