Nos recordó, que acabamos y cerramos el año litúrgico y que conforme al Evangelio, nos animó a llevar el amor por bandera, puesto que el amor siempre es más fuerte que los poderes de este mundo.
De hecho, al celebrar el reinado universal de Jesús, debemos saber que no es un rey de este mundo, pues los reinados terrenales son efímeros, sino que es el Rey Eterno, el cual nos convoca precisamente a esa felicidad eterna, la de estar a su lado a través de las obras de misericordia.
Homilia
Algunos momentos