Misa Crismal en la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas

Ayer, 10 de abril, tuvo lugar, en nuestra catedral castrense, la celebración de la misa crismal, una de las quizás menos conocida pero no por ello menos importante de las distintas celebraciones que tienen lugar a lo largo de la Semana Santa. En esta misa se consagran los sagrados óleos que serán utilizados por nuestros capellanes para celebrar los sacramentos del bautismo, confirmación y unción de los enfermos. También es un momento en el que los sacerdotes renuevan sus promesas ante el obispo, que siempre preside dicha ceremonia. Cabe destacar entre todas las personas que acudieron a nuestro arzobispo emérito, el cardenal José Manuel Estepa Llaurens, quien no quiso perderse esta ocasión tan señalada de encuentro fraternal que, dadas las circunstancias tan particulares de nuestra diócesis castrense, se hace más emotiva.

En su homilía, el Arzobispo se hizo eco de las palabras del papa Francisco para esta cuaresma en las que nos invita a ver al otro como un don, un regalo. Cuando en el otro no vemos un hermano sino un enemigo es cuando se dan los sentimientos de envidia rencor e incluso odio. Estos defectos están muy presentes entre los cristianos hoy en día, pero su gravedad se manifiesta de forma muy especial en el clero, pues los pastores son los que guían a las ovejas en primer lugar con su ejemplo. El Arzobispo quiso dedica también a la recientemente fallecida Carme Chacón, quien fuera la 1ª mujer en ocupar la cartera de defensa. Don Juan quiso elogiar su dedicación y ejemplaridad en el ejercicio de su función y lamentó profundamente la inesperada noticia de su muerte a una edad tan temprana.

Una vez acabada la misa los capellanes pudieron disfrutar de un rato de convivencia antes de partir de nuevo para sus respectivos destinos repartidos por todo el territorio.

 Escucha la Homilia del Arzobispo Castrense en la Misa Crismal