“Gracias páter, por estar con nosotros, nos vienen bien sus palabras de ánimo” repiten una y otra vez…
Lo más sorprendente es que han luchado -y han conseguido- tener una capilla al lado de su zona de vida. En un tiempo record, con la ayuda de la Parroquia y el apoyo del páter Francisco; con el trabajo desinteresado del Brigada Coyra, el Cabo Primero Beltrán y un buen grupo de alumnos y, por supuesto, con la aprobación y colaboración del Mando; un aula en desuso, se ha convertido en la más acogedora de las capillas; en la que hemos empezado a celebrar la Santa Misa todos los domingos a la vuelta del “Finde”, como el momento más oportuno para los alumnos.
Llama la atención el entusiasmo de todos por limpiar, pintar, ordenar y el cariño con que la inmensa mayoría ha acogido la iniciativa de tal modo que la Quinta Compañía del 2017 va a pasar a la historia como la Compañía que quiso tener cerca al Señor… Y, a decir verdad, no les viene mal porque el nivel de exigencia que se observa en la preparación de los futuros infantes de marina, nada tiene que envidiar a la de sus predecesores, aquellos héroes que crearon la más antigua y noble INFANTERÍA DE MARINA del mundo.