Los 30 peregrinos militares han recorrido una distancia total de 120 km del camino portugués, saliendo desde la ciudad fronteriza de Tui, hasta la llegada a Santiago de Compostela en tres etapas.
La peregrinación fue asistida por un vehículo al cargo de un subteniente, con el que se avituallaba a los peregrinos, y según los propios cadetes, era “el punto de salvación” bajo un sol de justicia.
Por fin, el sábado 23, la ACD llegaba a Santiago, una experiencia inolvidable, todos los cadetes de la mano, entraron corriendo a la plaza del Obradoiro.
El día culminó con la misa del peregrino en la catedral de Santiago y una cena para poner punto final a una peregrinación dura pero muy satisfactoria.
Cada una de las etapas, que daba comienzo con la bendición del Páter, brindó la oportunidad de fomentar la cohesión entre los compañeros, el hábito deportivo y valores como el esfuerzo, la constancia, el compañerismo, la disciplina, la superación y la motivación personal. Todo ello embebido en la formación histórico, cultural y espiritual que ofrece el Camino.
Cabe resaltar la importancia de este tipo de actividades de formación entre los alumnos de los distintos cursos, que propicia un ambiente excelente para la Academia.