HOMILÍA EN LA CELEBRACIÓN DE LA VIRGEN DEL PILAR
Patrona de la Guardia Civil
S.I. Catedral de Salamanca, 7 de octubre de 2018
1. ¡Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida!
Con estas palabras del salmista, reconocemos la necesaria ayuda divina para la felicidad personal y familiar. En nuestro caso, para el fiel desempeño de las obligaciones como guardias civiles. ¡Todos somos pobres criaturas necesitadas del favor de Dios! Así lo han entendido los hombres y mujeres de la Benemérita que a través de la centenaria devoción a la Virgen del Pilar, Madre de Dios, encuentran socorro y protección en los momentos difíciles de su profesión al servicio de la sociedad española. Esta beneficiosa tradición cultural y religiosa es un plus de humanidad, que va en consonancia con los principios de la libertad religiosa y el derecho del guardia civil creyente a vivir su fe en todas sus dimensiones.
2. La devoción a la Virgen del Pilar forma parte de la tradición jacobea y ha sido siempre objeto de un especial culto por parte de los españoles, siendo invocada como refugio de “pecadores, consoladora de los afligidos, madre de España”. Fue 1864, cuando el primer capellán del recién estrenado Colegio de Guardias Jóvenes “Duque de Ahumada”, en Valdemoro (Madrid), don Miguel Moreno y Moreno, propuso que se pusiera en la capilla una imagen de la Virgen del Pilar para que los jóvenes guardias civiles (los polillas), imitaran las virtudes de la Madre de Cristo, para que de esa forma aprendieran a ser: “columna firme de la Patria, pilar básico del orden y fieles guardas de las personas honradas y de sus propiedades”. Estas actitudes básicas del guardia civil, hunden sus raíces en el humanismo cristiano. Prueba de ello, cuando el 8 de febrero de 1913 se declara a la Virgen del Pilar patrona de la Guardia Civil, dice el entonces Director General don Ángel Aznar: “Tenéis todas las virtudes militares, y por eso el Cuerpo ha conquistado y mantiene el prestigio de que goza. Se declara nuestra Patrona a la que lo es del Colegio de Guardias Jóvenes, donde se emparan y educan vuestros hijos, que postrados ante la imagen de la Virgen del Pilar rezan por vosotros, pidiendo os proteja y os libre de las asechanzas de los malhechores que perseguís”.
3. El reconocimiento público e institucional del día de la Patrona, lo celebramos este año en la querida y universal ciudad de Salamanca, en el corazón de la misma, como es esta S. I. Catedral, escuela de diálogo de la sabiduría cristiana con la cultura de cada época, que ha contribuido grandemente a la universalización del pensamiento español. Estos actos, nunca han sido una rémora en la milicia. No están reñidos con la profesionalidad y modernización que hoy se le exige a la Guardia Civil, sino que son el mejor estímulo en el fiel cumplimiento del deber. Tampoco son algo pasado de moda, como pudieran pensar algunos, sino que potencian los valores básicos en los que se funda la Benemérita y que se resumen en el lema: “El Honor es mi Divisa” (Duque de Ahumada, Cartilla del Guardia Civil, 1845. art.1), que comprende: amor a la Patria, servicio al prójimo, espíritu decente, fortaleza en las dificultades, fidelidad inquebrantable y lealtad al Cuerpo. Dicho en términos actuales del Papa Francisco: “fueran promotores y defensores de la cultura de la legalidad, respeto y seguridad en nuestra sociedad” (Roma 29.9.2018).
4. El acogerse bajo el favor de lo divino, es algo que es innato en la religiosidad natural del hombre. En nuestra tradición judeo-cristiana, Yahvé se hace presente y protege a su pueblo con la alianza y el arca en medio de su templo, como nos habla la primera lectura (1Cr. 15,3-16; 16,1-2). Estos signos de presencia, hablan de una realidad venidera en la que “Aquel que no cabe en los cielos”, se hizo Dios humanado en el seno virginal de una doncella de Nazaret, llamada María. Dios mismo, entra en la historia de los hombres pidiéndole permiso a una mujer: “hágase según tu palabra” (Lc 1,38). Desde entonces, Ella es la nueva forma de existencia y presencia del amor divino entre los hombres. Su bienaventuranza que nos habla el Evangelio de hoy (Lc 11,27-28) no se limita al seno y a los pechos, sino que abarca toda el sujeto. La mujer no se reduce a biología, es una persona de igual naturaleza y dignidad que el hombre. La madre de Jesús es modelo de mujer abierta ante el misterio de la vida y modelo de creyente. Ella, la vemos en el cenáculo (Hec 1,12-14), junto a otras mujeres que fueron testigos excepcionales de la vida, muerte y resurrección de Jesús. Todas ellas, formando la primera familia cristiana, animaban con su presencia y oración a los desconcertados discípulos del Señor. ¡Esto es lo mismo que la Madre del Pilar hace con cada uno de sus hijos, los guardias civiles!
5. Una de las cosas que más llaman la atención de la Benemérita es su sentido de familia en el Cuerpo. Esto es algo que se percibe fácilmente y que le diferencia de otras realidades de las Fuerzas Armadas. A ello, ha contribuido el papel activo que la mujer ha desempeñado, desde los grandes servicios de las madres y esposas en salvaguardar la buena convivencia de las casas cuarteles, pasando por el papel auxiliar de las viejas figuras de las “matronas”, hasta llegar a nuestra época donde hace treinta años la mujer alcanzó la plena incorporación en el Cuerpo de la Guardia Civil, consiguiendo que “la igualdad y el honor” caminen junto como divisa de la Benemérita en el siglo XXI. De ahí, que una institución con futuro, es aquella que protege al matrimonio y la familia y cuenta con leyes justas que faciliten la compatibilización de la vida militar y familiar.
6. Para finalizar, sabéis, como os he dicho en otras ocasiones, que contáis con todo mi apoyo y afecto. Admiro vuestra vocación, valoro la profesionalidad, entereza y entrega de cada día. Tengo muy presente los sacrificios y sufrimientos de vuestras familias y me solidarizo con ellas en estos tiempos turbulentos y repletos de sectarismos. Con las palabras de san Juan Pablo II en Zaragoza, pido la Virgen del Pilar que: “Aumente nuestra fe, consolide nuestra esperanza, avive nuestra caridad. Proteja a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y asista maternalmente, Oh María, a cuantos te invocan como Patrona de la Hispanidad”
+Juan del Río Martín
Arzobispo Castrense de España