A la llegada al templo D. Juan del Río fue recibido por el general jefe la Jefatura, comisiones de la Guardia Civil y numerosos fieles. La Santa Misa fue concelebrada por el Vicario Episcopal, por el Rector del Seminario Castrense, el Párroco de Nuestra Señora de las Delicias y el Vicario de la parroquia

Al inicio de la Eucaristía, el Arzobispo saludó a todos los presentes animándolos a celebrar con alegría y esperanza la fiesta de la patrona. En su homilía D. Juan del Río destacó tres puntos. En el primero la Acción de Gracias por la celebración de los 175 años de fundación de la institución y lo que han supuesto para la paz seguridad y concordia de los españoles, recordó como el honor se ha convertido en el principal valor de los hombres y mujeres de la Guardia Civil que han demostrado, y demuestran diariamente, en el cumplimiento del deber, aunque suponga poner en riesgo su vida en beneficio de los ciudadanos.

En el segundo punto, el prelado manifestó que no se entiende la Guardia Civil sin la devoción a la Virgen del Pilar, puso de manifiesto como el amor a la madre de Dios es un gran empuje para el ejercicio de las acciones de seguridad y a la vez permite una mayor exigencia para estar a la altura profesional que los tiempos requieren. En este punto recordó lo que significa para un guardia civil la casa cuartel donde se fomentan las relaciones familiares y de amistad

Finalizó con el tercer punto hablando sobre la esperanza y como en estos tiempos difíciles y complejos que vive España la Guardia Civil debe cumplir con sus obligaciones cimentadas en el orden constitucional y las leyes que emanan del Estado de Derecho. Por eso, no nos podemos dejar de llevar con el pesimismo que pueda nacer por los acontecimientos surgidos en algunos puntos de España en contra de la convivencia y la legislación establecida. En este punto citó al Papa Francisco que en su exhortación dice “La unidad prevale frente al conflicto”, e hizo un llamamiento a reavivar los valores castrenses y dijo que “cuando la esperanza muere en el corazón humano, desaparecen los pueblos”.

Finalizó con un saludo a todos los presentes y a continuación se celebró el acto militar que incluyó la imposición de condecoraciones y el acto de homenaje a los que dieron su vida por España.