Continuamos nuestra peregrinación con este segundo día lleno de sorpresas para nosotros los peregrinos.
Comenzamos como debe comenzar cada día, rezando los laudes y seguidamente celebrando la eucaristía. Después recibimos la primera sorpresa, una visita al Palacio de Shönbrunn y al zoológico más antiguo de Europa en el que disfrutamos de una maravillosa tarde de convivencia.
La segunda sorpresa del día fue el almuerzo, kebab para todos ¡Quién nos lo habría dicho! De vuelta en el hotel rezamos Vísperas y cenamos fuerte para hacer las maletas con energía, ya que mañana nos espera un largo viaje de Viena a Cracovia.
Un segundo día lleno de buenos ratos y signos de la convivencia en el Señor, un segundo día que deja el listón alto.
Juan Iglesias.