El pasado sábado 11 de marzo tuvo lugar la segunda edición de la Javierada organizada por el Servicio Religioso de la Academia General del Aire. Todo empezó el viernes 10 a las 15:45 de la tarde en la entrada a la Academia. Poco a poco salían los alumnos que este año iban a participar en esta peregrinación, 20 alumnos entre alféreces y cadetes, más 3 tenientes de promociones anteriores, acompañados todos por nuestro Capellán D. Alfonso Valcárcel y D. Javier Marín, sacerdote de Cartagena. Un poco incómodos, ya que no todos nos conocíamos, cada curso se juntó en un grupo para embarcamos en tres furgonetas.
Después de 8 largas horas llegamos a Aibar, un pequeño pueblo medieval a media hora de Pamplona. Ya en el viaje nos empezamos a unir todos como grupo. Nada más llegar nos acostamos con nuestros sacos y esterillas en los alojamientos que con gran cariño nos había ofrecido D. Iñigo, párroco de Aibar y de 5 pueblos más de la zona.
A las 07:30 de la mañana amanecimos, desayunamos, y después de una meditación ante el precioso Cristo del Amparo de Aibar, iniciamos el camino hacia el Castillo de Javier. No habían pasado ni 24 horas, pero la separación de grupos que se había visto el día anterior ante la entrada de la Academia había acabado.
Se decidió ir andando hasta el punto de inicio general de la peregrinación, añadiendo unos 6km más a la marcha (en total unos 36 km). Con unos paisajes impresionantes y mejor compañía, el camino se hizo muy ameno. Mientras que unos jugaban a “Words” y otros se bañaban en las aguas del río Irati, que nos acompañó durante un tramo, pronto llegamos al lugar del aperitivo para coger un poco de fuerzas antes de comer. Unas cuantas aceitunas y unos trozos de fuet después continuamos la marcha y llegamos para comer unos buenos bocatas de chorizo pamplonica con tomate y aceite del lugar.
Tras unos momentos de “reposo” continuamos la marcha para llegar a la Santa Misa a las 17:00 h. tras 30 Km. de marcha. Con cada metro que nos acercábamos a la Basílica de Javier se iba juntando más y más gente. El hecho de ver a miles de personas en camino hacia el mismo sitio que tú, con el mismo propósito, es una sensación que te hace sentirte genial por dentro.
Llegamos al Castillo de Javier con 10 minutos de sobra, y disfrutamos de la Santa Misa. Tras la Eucaristía, mientras unos iban a por las furgonetas a Aibar, los que tuvieron que esperar, se quedaron cantando en la explanada del Santuario, disfrutando de canciones al ritmo que marcaba la D.C. Fernández-Shaw con su guitarra, para mantenernos en calor.
Por fin, tras recoger a todos y una vez duchados, llegó la hora de la cena. Cualquier persona que nos viera el viernes en la entrada de la Academia no diría que éramos las mismas personas en esa cena. Se había formado una pequeña familia.
Por decisión unánime, la película prevista para esa noche se tuvo que cancelar y fuimos todos a dormir, nos lo merecíamos. A la mañana siguiente después de la meditación de la mañana en Aibar recogimos todo y partimos hacia Zaragoza, donde celebramos la Misa en la Basílica del Pilar. Después de comer de nuevo a las furgonetas hacia San Javier.
El fin de semana había llegado a su fin, tristes pero agradecidos por haber podido disfrutar de esos dos días en tan buena compañía. Se repetirá, de eso no tengo ninguna duda. Pero, ¿de verdad creéis que lo vais a pasar tan bien como lo hemos hecho nosotros este año?
Álferez Pablo Torralbo, 4º curso, Academia General del Aire.