Durante la celebración de la Eucaristía de estos días, hemos centrado nuestra atención en la Virgen María para meditar sobre sus actitudes y sus acciones como modelo a seguir para continuar avanzando en nuestro propio camino hacia la santidad. Camino que requiere disponer toda nuestra vida para acoger a Cristo y actitud de vigilancia constante para prepararnos a su venida.
El último día del Triduo tuvo lugar la imposición de medallas a las nuevas Damas de Loreto.