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San José de Calasanz

22/03/2023 - Miércoles de la 4ª semana de Cuaresma.

1ª lectura: Te he constituido alianza del pueblo para restaurar el país.

Lectura del libro de Isaías 49, 8-15

Esto dice el Señor:

«En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado; te he defendido y constituido
alianza del pueblo, para restaurar el país, para repartir heredades desoladas, para decir a los cautivos:

“Salid”, a los que están en tinieblas: “Venid a la luz.” Aun por los caminos pastarán, tendrán praderas en
todas las dunas; no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el bochorno ni el sol; porque los conduce el
compasivo y los guía a manantiales de agua.

Convertiré mis montes en caminos, y mis senderos se nivelarán.

Miradlos venir de lejos; miradlos, del Norte y del Poniente, y los otros de la tierra de Sin.

Exulta, cielo; alégrate, tierra; romped a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se
compadece de los desamparados». Sión decía: «Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado».

¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues,
aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré».

Salmo: Sal 144, 8-9. 13cd-14. 17-18
R. El Señor es clemente y misericordioso.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.

El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones.
Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R.

Versículo Jn 11, 25a. 26

Alabanza y honor a ti, Señor Jesús.

Yo soy la resurrección y la vida -dice el Señor-;
el que cree en mí no morirá para siempre. R.

Evangelio: Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también
el Hijo da vida a los que quiere.

Lectura del santo Evangelio según san Juan 5, 17-30

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:

«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo».

Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no sólo quebrantaba el sábado, sino también
llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios.

Jesús tomó la palabra y les dijo:

«En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al
Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo
que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro. Lo mismo que el Padre resucita
a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.

Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio, para que todos honren
al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió. En verdad, en
verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en
juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida.

En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo
de Dios, y los que hayan oído vivirán.

Porque, igual que el Padre tiene vida, en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo.
Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre.

No os sorprenda, esto, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que
hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección
de juicio. Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no
busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió».

21/03/2023 - Martes de la 4ª semana de Cuaresma.

1ª lectura: Vi agua que manaba del templo, y habrá vida allí donde llegue el torrente.

Lectura de la profecía de Ezequiel 47, 1-9. 12

En aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo del Señor.

De debajo del umbral del templo corría agua hacia el este - el templo miraba a este -. El agua bajaba
por el lado derecho del templo, al sur del altar. Me hizo salir por el pórtico septentrional y me llevó por
fuera hasta el pórtico exterior que mira al este. El agua corría por el lado derecho.

El hombre que llevaba el cordel en la mano salió hacia el este, midió quinientos metros y me hizo
atravesar el agua, que me llegaba hasta los tobillos. Midió otros quinientos metros y me hizo atravesar el
agua, que me llegaba hasta las rodillas. Midió todavía otros quinientos metros y me hizo atravesar el agua,
que me llegaba hasta la cintura. Midió otros quinientos metros: era ya un torrente que no se podía vadear,
sino cruzar a nado. Entonces me dijo:

«¿Has visto, hijo de hombre?».

Después me condujo por la ribera del torrente.

Al volver vi en ambas riberas del torrente una gran arboleda. Me dijo:

«Estas aguas fluyen hacia la zona oriental, descienden hacia la estepa y desembocan en el mar de la
Sal. Cuando hayan entrado en él, sus aguas serán saneadas. Todo ser viviente que se agita, allí donde
desemboque la corriente, tendrá vida; y habrá peces en abundancia. Porque apenas estas aguas hayan
llegado hasta allí, habrán saneado el mar y habrá vida allí donde llegue el torrente.

En ambas riberas del torrente crecerá toda clase de árboles frutales; no se marchitarán sus hojas ni se
acabarán sus frutos; darán nuevos frutos cada mes, porque las aguas del torrente fluyen del santuario; su
fruto será comestible y sus hojas medicinales».

Salmo: Sal 45, 2-3. 5-6. 8-9
R. El Señor del universo está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios
de Jacob.

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra, y los montes se desplomen en el mar. R.

Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila; Dios la socorre al despuntar la aurora. R.

El Señor del universo está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra. R.

Versículo Sal 50, 12a. 14a

Gloria a ti, Señor, Hijo de Dios vivo.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro;
y devuélveme la alegría de tu salvación. R.

Evangelio: Al momento aquel hombre quedó sano.

Lectura del santo Evangelio según san Juan 5, 1-16

En aquel tiempo, se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.

Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Esta tiene
cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.

Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.

Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:

«¿Quieres quedar sano?». El enfermo le contestó:

«Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo,
otro se me ha adelantado». Jesús le dice:

«Levántate, toma tu camilla y echa a andar».

Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.

Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:

«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla». Él les contestó:

«El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”». Ellos le preguntaron:

«¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».

Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa de ese gentío que había en
aquel sitio, se había alejado. Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:

«Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».

Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos
perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

1ª lectura: El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.

Lectura del segundo libro de Samuel 7, 4-5a. 12-14a. 16

En aquellos días, vino esta palabra del Señor a Natán:

«Ve y habla a mi siervo David:

“Así dice el Señor: Cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya
después. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino. Será él quien construya una casa a mi nombre
y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre.

Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo.

Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmen ante mí; tu trono durará para siempre”».

Salmo: Sal 88, 2-3. 4-5. 27 y 29
R. Su linaje será perpetuo.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades». R.

Él me invocará: “Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora”.
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R.

2ª lectura: Apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 4, 13. 16-18. 22

Hermanos:

No por la ley sino por la justicia de la fe recibieron Abrahán y su descendencia la promesa de que iba
a ser heredero del mundo.

Por eso depende de la fe, para que sea según gracia; de este modo, la promesa está asegurada para
toda la descendencia, no solamente para la que procede de la ley, sino también para la que procede de
la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Según está escrito: «Te he constituido padre de muchos
pueblos»; la promesa está asegurada ante aquel en quien creyó, el Dios que da vida a los muertos y llama
a la existencia lo que no existe.

Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza que llegaría a ser padre de muchos pueblos,
de acuerdo con lo que se le había dicho:

«Así será tu descendencia».

Por lo cual le fue contado como justicia.

Versículo Sal 83, 5

Gloria a ti, Cristo, Palabra de Dios.

V: Dichosos los que viven en tu casa, Señor
alabándote, siempre. R.

 

Evangelio: José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 1, 16. 18-21. 24a

Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo
por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había
tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:

«José, hijo de David, no tengas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del
Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los
pecados». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

19/03/2023 - Domingo de la 4ª semana de Cuaresma.

1ª lectura: David es ungido rey de Israel.

Lectura del primer libro de Samuel 16, 1b. 6-7. 10-13a

En aquellos días, el Señor dijo a Samuel:

«Llena tu cuerno de aceite y ponte en camino. Te envío a casa de vete Jesé, el de Belén, porque he visto
entre sus hijos un rey para mi». Cuando llegó, vio a Eliab y se dijo:

«Seguro que está su ungido ante el Señor». Pero el Señor dijo a Samuel:

«No te fijes en su apariencia ni en lo elevado de su estatura, porque lo he descartado. No se trata de
lo que vea el hombre. Pues el hombre mira a los ojos, mas el Señor mira el corazón». Jesé presentó a sus
siete hijos ante Samuel. Pero Samuel dijo a Jesé:

«El Señor no ha elegido a estos». Entonces Samuel preguntó a Jesé:

«¿No hay más muchachos?». Jesé respondió:

«Todavía queda el menor, que está pastoreando el rebaño». Samuel dijo:

«Manda a buscarlo, porque no nos sentaremos a la mesa mientras no venga».

Jesé mandó a por él y lo hizo venir. Era rubio, de hermosos ojos y buena presencia. El Señor dijo a Samuel:

«Levántate y úngelo de parte del Señor, porque es este».

Samuel cogió el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. Y el espíritu del Señor vino
sobre David desde aquel día en adelante.

Salmo: Sal 22, 1b-3a. 3b-4. 5. 6
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo,
porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.

2ª lectura: Levántate de entre los muertos y Cristo te iluminará.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 8-14

Hermanos:

Antes erais tinieblas, pero ahora, sois luz por el Señor.

Vivid como hijos de la luz, pues toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz. Buscad lo que agrada
al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien denunciándolas.

Pues da vergüenza decir las cosas que ellos hacen a ocultas.

Pero, al denunciarlas, la luz las pone al descubierto, y todo lo descubierto es luz. Por eso dice:

«Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará».

Versículo Cf. Jn 8, 12b

Gloria a ti, Cristo, Sabiduría de Dios Padre.

Yo soy la luz del mundo - dice el Señor -;
el que me sigue tendrá la luz de la vida. R.

Evangelio: Él fue, se lavó, y volvió con vista.

Lectura del santo Evangelio según san Juan 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38

En aquel tiempo, al pasar, vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento.

Entonces escupió en la tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo:

«Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado)».

Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban:

«¿No es ese el que se sentaba a pedir?». Unos decían:

«El mismo». Otros decían:

«No es él, pero se le parece». El respondía:

«Soy yo».

Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los
ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista. Él les contestó:

«Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo». Algunos de los fariseos comentaban:

«Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado». Otros replicaban:

«¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?». Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego:

«Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?». Él contestó:

«Que es un profeta». Le replicaron:

«Has nacido completamente empecatado ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?». Y lo expulsaron.

Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo:

«¿Crees tú en el Hijo del hombre?». Él contestó:

«¿Y quién es, Señor, para que crea en él?» Jesús le dijo:

«Lo estás viendo: el que te está hablando, ese es». Él dijo:

«Creo, Señor».

Y se postró ante él.

18/03/2023 - Sábado de la 3ª semana de Cuaresma.

1ª lectura: Quiero misericordia, y no sacrificio.

Lectura de la profecía de Oseas 6, 1-6

Vamos a volver al Señor. Porque él ha desgarrado y él nos curará; él nos ha golpeado, y él nos vendará. En
dos días nos volverá a la vida y al tercero nos hará resurgir; viviremos en su presencia y comprenderemos.

Procuremos conocer al Señor. Su manifestación es segura como la aurora. Vendrá como la lluvia, como
la lluvia de primavera y su sentencia surge como la luz que empapa la tierra.

¿Qué haré de ti, Efraín? ¿Qué haré de ti, Judá?

Vuestro amor es como nube mañanera, como el rocío que al alba desaparece. Sobre una roca tallé mis
mandamientos; los castigué por medio de los profetas con las palabras de mi boca. Mi juicio se manifestará
como la luz. Quiero misericordia y no sacrificio, conocimiento de Dios, más que holocaustos.

Salmo: Sal 50, 3-4. 18-19. 20-21ab
R. Quiero misericordia, y no sacrificio.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado, tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos. R.

Versículo Sal 94, 8a. 7d

Gloria y alabanza a ti, Cristo.

V. No endurezcáis hoy vuestro corazón;
escuchad la voz del Señor. R.

Evangelio: El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 9-14

En aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos
y despreciaban a los demás:

«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido,
oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás hombres: ladrones,
injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de
todo lo que tengo”. El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo,
sino que se golpeaba el pecho diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”
Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado,
y el que se humilla será enaltecido».

En la noche del pasado Viernes, 10 de marzo, se celebró el Viacrucis de la Real Parroquia Castrense del Santo Ángel Custodio con la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, titular de la Muy Ilustre y Venerable Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de la Victoria que radica en el templo castrense. Destacó en el ambiente la ilusión por el retorno del Viacrucis parroquial tras seis años sin poder celebrarlo por las calles de la feligresía.

17/03/2023 - Viernes de la 3ª semana de Cuaresma.

1ª lectura: No llamaremos ya “nuestro Dios” a la obra de nuestras manos.

Lectura de la profecía de Oseas 14, 2-10

Esto dice el Señor:

«Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tropezaste por tu falta. Tomada vuestras promesas con vosotros
y volved al Señor.

Decidle: “Tú quitas toda falta, acepta el pacto. Pagaremos con nuestra confesión:

Asiria no nos salvará, no volveremos a montar a caballo, y no llamaremos ya “nuestro Dios” a la obra
de nuestras manos.

En ti el huérfano encuentra compasión”

“Curaré su deslealtad, los amaré generosamente, porque mi ira se apartó de ellos.

Seré para Israel como rocío, florecerá como lirio, echará sus raíces como los cedros del Líbano. Brotarán
sus retoños y será su esplendor como el olivo y su perfume corno el Líbano.

Regresarán los que habitaban a su sombra, revivirán como el trigo, florecerán como la viña, será su
renombre como la del vino del Líbano. Efraín, ¿qué tengo que ver con los ídolos?

Yo soy quien le respondo y lo vigila. Yo soy como un abeto siempre verde, de mí procede tu fruto.

¿Quién será sabio, para comprender estas cosas, inteligente, para conocerlas?

Porque los caminos del Señor son rectos: los justos los transitan, pero lo traidores tropiezan en ellos».

Salmo: Sal 80, 6c-8a. 8bc-9. 10-11ab. 14 y 17
R. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.

Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré. R.

Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel! R.

No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto. R.

¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
Los alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre». R.

Versículo Mt 4, 17
La salvación y la gloria y el poder son del Señor Jesucristo.

V: Convertíos - dice el Señor -,
porque está cerca el reino de los cielos. R.

 

Evangelio: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y lo amarás.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 28b-34

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:

«¿Qué mandamiento es el primero de todos?». Respondió Jesús:

«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con
todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. “ El segundo es este: “Amarás a tu
prójimo como a ti mismo.” No hay mandamiento mayor que éstos». El escriba replicó:

«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera
de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo
como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido
sensatamente, le dijo:

«No estás lejos del reino de Dios».

Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Carta a los jóvenes con motivo de Día del Seminario

Queridos jóvenes

Os escribo estas letras con motivo de la celebración del Día del Seminario el 19 de marzo.

Soy Juan, el Arzobispo Castrense. Nuestra diócesis es muy particular, pues no se circunscribe en un territorio concreto de España, sino que se extiende por todo el territorio nacional y, como es el caso de las Misiones, también por el extranjero.

15/03/2023 - Miércoles de la 3ª semana de Cuaresma.

1ª lectura: Observad los mandatos y cumplidlos.

Lectura del libro del Deuteronomio 4, 1. 5-9

Moisés habló al pueblo, diciendo:

«Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y
entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. Mirad, yo os
enseño los mandatos y decretos, como me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumpláis en la tierra
donde vais a entrar para tomar posesión de ella.

Observadlos y cumplidlos, pues esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos,
los cuales, cuando tengan noticia de todos estos mandatos, dirán: “Ciertamente es un pueblo sabio e
inteligente esta gran nación”.

Porque ¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro
Dios, siempre que lo invocamos?

Y, ¿dónde hay otra nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos como toda esta
ley que yo os propongo hoy?

Pero, ten cuidado y guárdate bien de olvidar las cosas que han visto tus ojos y que no se aparten de tu
corazón mientras vivas; cuéntaselas a tus hijos y nietos».

Salmo: Sal 147,12-13. 15-16. 19-20
R. Glorifica al Señor, Jerusalén.

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión.
Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R.

Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza. R.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R.

Versículo Cf. Jn 6, 63c. 68c

Alabanza a ti, Cristo, rey de la gloria eterna.

V: Tus palabras, Señor, son espíritu y vida;
tú tienes palabras de vida eterna. R.

 

Evangelio: Quien cumpla y enseñe será grande.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.

En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o
tilde de la ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el
menos importante en el reino de los cielos.

Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

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