Ayer, día 25 de julio, Solemnidad de Santiago Apóstol, patrono de España y del Arma de Caballería, comenzó el viaje del grupo del Arzobispado Castrense de España a Cracovia con motivo de la JMJ. El grupo salió muy temprano de Madrid, primera parada, Burdeos, situada a más de 700 km del punto de origen. El viaje, pese a su larga duración, estuvo marcado por el buen ambiente, ya que el cansancio y las dificultades iniciales propias de una peregrinación, donde muchos no se conocen, no hizo mella en el grupo, en el que pronto se pudo intuir un ambiente de familia. Hubo tiempo para todo, conversar, y así conocerse, cantar, descansar y, como no podía ser de otro modo, rezar, porque, como les dijo el arzobispo, que acudió a despedir a los peregrinos, el Señor es el centro de este viaje. Al llegar a Burdeos, hubo algo de tiempo para conocer algo de esta bella cuidad, como la iglesia de San Luis y la Catedral de San Andrés. Tras esto, los peregrinos de fueron ya a descansar para recuperar energías y retomar al día siguiente su camino, cuya próxima parada será Lyon.