El grupo del arzobispado castrense ya tocó su primera meta, Cracovia, llegaron el sábado al Campo de la Misericordia. Allí, mientras esperaban la llegada del Papa, pudieron compartir la espera con cristianos de todo el mundo, viendo que la Iglesia es verdaderamente católica. Sólo bajo la mirada de la fe se puede entender qué lleva a los millones de jóvenes que se desplazaron a Cracovia, muchos de ellos desde muy lejos, miles de kilómetros, bajo unas condiciones no siempre favorables. Tras la Vigilia con el Papa, donde pudieron escucharse testimonios, cantos, un especialmente emotivo momento de adoración eucarística, la organización de la JMJ ofreció un concierto de autores cristianos. Tras este los peregrinos pasaron la noche como pudieron.
A la mañana siguiente tuvieron la eucaristía con el Santo Padre, al final de esta el Papa anunció cuándo y dónde sería la siguiente, Panamá, en el año 2019. Aunque oficialmente la JMJ había terminado, la aventura para los castrenses estaba lejos de acabar. La vuelta a Bochnia estuvo especialmente marcada por el chaparrón que les cayó a los peregrinos. Pero, como no podía ser de otro modo, la alegría cristiana brilló con más fuerza en los momentos más adversos, ni la lluvia, ni el cansancio, ni la espera mellaban el espíritu de los peregrinos, que se mantuvieron firmes frente a las inclemencias del tiempo. Finalmente pudieron regresar a Bochnia y allí compartir algunos momentos finales con las familias que los acogieron, abriendo sus casas y sus corazones a Cristo, a quién vieron en las personas que acogieron. A la mañana siguiente partieron para Viena, capital de Austria, la patria de la conocida emperatriz Sisi. En esta ciudad pudieron disfrutar de sus monumentos, como la Catedral, en donde los seminaristas pudieron ver una imagen de su patrón, San Juan de Capistrano. Tras la visita a Austria continuarán su camino de vuelta a casa. Próxima parada, Verona, patria de de algunas personalidades como Emilio Salgari o Antonio Salieri y, para los más amantes de la literatura, de Romeo y Julieta.
