Un día más el señor nos bendice dándonos el encuentro al despertar en Viena y montar en el bus para rezar laudes mientras emprendíamos el viaje hasta Cracovia, el cual nos ha tomado unas 8 horas debido a las caravanas por los controles de seguridad, 8 horas bien empleadas entre las experiencias que los hermanos hemos podido compartir y escuchar, junto a la catequesis que hemos recibido del padre Benito, catequesis que nos ha empapado de consejos para los jóvenes solteros, para los ennoviados y para los matrimonios.
Tratábamos hoy grandes palabras como son el respeto, hacia nosotros mismos en primer lugar haciéndonos respetar y amándonos, ya que nuestro cuerpo no nos pertenece. Hacia nuestra madre y padre, lo cual nos asegurará el poder respetar a nuestras parejas en el futuro y por último a nuestra pareja, asegurándonos así un matrimonio con los mismos sufrimientos pero con más capacidad para superarlos.
Tras varias paradas para comer y merendar, conociendo a peregrinos de todo el mundo, llegamos a Cracovia a recoger las credenciales y las mochilas de peregrinos y llegamos al hotel donde cenamos, celebramos el Via Crucis y nos acostamos.
Mañana es el gran día, mañana veremos al Santo Padre, ansiosos de recibir sus palabras y abrir los oídos a su llamada.
Juan Iglesias