En el caso del Líbano los cristianos, mediadores históricos entre las comunidades suníes y chiíes musulmanas, fueron unos de los grandes damnificados por la explosión acaecida en el puerto de Beirut, a ello se une la llegada de cientos de refugiados cristianos que han huido de Al-Qaeda y del DAESH. Allí la fundación lleva a cabo una importante tarea de reconstrucción y de ayuda para cubrir necesidades básicas de estos cristianos.
El caso de Iraq está íntimamente relacionado con la persecución religiosa. Tras la caída de Sadam Husein, la convivencia y permisividad con los cristianos se fue degradando a gran velocidad. Al-Qaeda, organización terrorista y yihadista, tiene en su haber el triste récord de haber sido la responsable de la matanza de cientos de cristianos iraquíes. Posteriormente el DAESH (mal llamado Estado Islámico), continuó con esta persecución y aniquilación de los que ellos llaman infieles. En este país está más cerca cada día la desaparición de los cristianos en su totalidad. Desde el año 2004 hasta el 2021 la cifra de cristianos ha pasado de 1,5 millones a poco más de 150.000.
Ayuda a la Iglesia necesitada, les auxilia de manera material y también dando publicidad a esta cruda realidad que no aparece en las noticias. Desde la Fundación se anima a colaborar con ella sobre todo uniéndonos en oración con aquellos que viven su fe arriesgando su vida.
Para ayudar a tomar conciencia de todo lo relatado se pudieron contemplar dos objetos sagrados profanados en Qaraqosh, Iraq.