Con esta Misa Crismal, da comienzo la celebración de la Semana Santa en nuestra Iglesia Catedral que, en los días del Triduo Pascual, conmemoramos la Pasión, Muerte y la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, razón de ser de nuestra fe cristiana.
El Santo Crisma, aceite perfumado con ungüentos aromáticos que consagra el Arzobispo, tiene dos usos principales que son: la unción de los nuevos bautizados que expresa su entrada en el pueblo de Dios y la signación de los que reciben la confirmación.
Además, se usa para ungir las manos de los presbíteros al recibir el sacramento del orden sacerdotal y en el caso de los obispos se unge con el crisma en sus cabezas al recibir la ordenación episcopal.
También se utiliza en el ritual de la consagración de templos o altares.
La consagración del crisma es considerada como una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo.