Dicha Eucaristía fue llevada por nuestro capellán castrense Marcos J. Albertos y en su homilía, refiriéndose a la lectura previa del Evangelio, nos alentó a ser esos mensajeros de paz que pide el Señor Jesús. Igual que Jesús fue una esperanza para el hambre, ustedes van a hacer la esperanza y la seguridad del pueblo de Estonia. En el ofertorio un suboficial ofreció su boina como símbolo de entrega en su trabajo. Terminada la misa, el Teniente Coronel Ariza dirigió unas palabras a sus hombres y mujeres para darles fuerzas antes de partir, al igual que el esclavo mayor de la Esclavitud del Cristo, Don Francisco Túbal Morales, que muy agradecido siempre en las visitas de los Artilleros al Santuario, les deseó mucha suerte y ánimo en los momentos duros que se tienen al estar tan alejados de amigos y familiares.
Antes de dar por finalizado este pequeño acto, todos los integrantes de la misión de paz subieron al altar y, uno por uno, pasaron delante de la Imagen del Cristo haciendo una inclinación de cabeza pidiendo su protección.