Larga trinquete en nombre de la
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Tres personas y un solo Dios verdadero, que sea con
nosotros y nos guarde, que acompañe y nos de buen viaje
a salvamento y nos lleve y vuelva a nuestras casas
Suena ya lejana la “Oración del Piloto” con la que nos despedíamos, ante “un mar” de gaditanos, entre los que se encontraban familiares y amigos, el pasado domingo 12 de marzo.
A los pies de nuestra madre la Virgen del Rosario, conocida por todos como “la Galeona”, dábamos comienzo en el convento de Santo Domingo, pidiéndole auxilio y protección, en este LXXXIX Crucero de Instrucción.
Todos los días, después de finalizar los trabajos y clases, desde el puente de este nonagenario Buque Escuela suena la voz: “A las 18:15 dará comienzo el Santo Sacrificio de la Misa en la capilla”. Allí, junto al Páter, nos reunimos un nutrido grupo para, con la austeridad castrense, comenzar la Misa y dar gracias a Dios por este inmenso regalo.
Los domingos, sin embargo, nos reunimos en cubierta para, con más solemnidad y acompañados de la banda de música, celebrar la Santa Misa. Son momentos bonitos con un inmenso “retablo” que, sin menospreciar el Barroco, es incomparable ya que la misma Creación de Dios es retablo, pared y cúpula de una improvisada capilla que nos elevan a todos al mismo cielo!
Este viernes, como novedad, nos súmanos a toda la Iglesia Universal ante la propuesta del Papa Francisco “24 horas para el Señor” donde rezamos por todas esas intenciones y las de nuestra Iglesia Castrense.
Entre las clases, maniobras, subida a palos, observaciones y un largo etc. al que nos enfrentamos diariamente, es fácil encontrase aquí con el Señor.
Precisamente este domingo el Páter nos invitaba a “dejarnos sorprender por la obra maravillosa de la Creación ya que solamente Dios puede responder a los deseos más profundos de felicidad y eternidad”.
Y antes de su tradicional “Glorificad a Dios con vuestra vida” nos invitaba a “Remar mar a dentro” sin tener miedo al oleaje ya que nuestra Madre nos cuida y nos protege.