La intervención de Monseñor Juan del Rio se inició con la presentación del autor: capellán castrense que apoya a los militares, guardias civiles, policías nacionales y sus familias en Mallorca, es Bachiller en Teología y ha cursado estudios universitarios en Salamanca y Barcelona. También ha acompañado a diversos contingentes militares durante el cumplimento de sus misiones fuera de nuestras fronteras. El Arzobispo Castrense destacó su dimensión humana, intelectual y como sacerdote e inmediatamente aludió a la magnífica edición de la obra, que ya en su portada recoge el tema central de la misericordia del Padre expresado en el amor a su hijo Jesucristo, que tomando la cruz en la imagen del Nazareno que aparece en la portada, mira dulcemente a una señora que en su silla de ruedas se cruza con el nazareno: esa mujer es la madre del autor del libro. Toda una catequesis sobre la ternura de Dios.
A continuación el Arzobispo comenzó desmenuzando la estructura de la obra que parte de la idea de Dios en el Antiguo Testamento que aparece en Oseas y en los Salmos y que no es “el Dios de Trueno” sino “el esposo fiel”. De ahí, pasó a exponer como el amor misericordioso en el Nuevo Testamento aparece en diversas parábolas y gestos de Jesús. Siendo el núcleo de la obra el evangelista san Lucas que en su capítulo 15 describe las tres parábolas de la misericordia: “la Oveja perdida, dracma y la conocida parábola del hijo prodigo. “ El autor se detiene ampliamente en los estudios exegéticos de la parábola del padre o de los dos hijos; pasando después como epilogo del estudio a la parábola del Buen samaritano que es Cristo”.
El Arzobispo destacó la novedad del capítulo sobre “la misericordia en la Historia del Arte” donde el libro se ve enriquecido con magnificas laminas en color que reflejan perfectamente como la temática del perdón y la misericordia han estado presentes en las artes a lo largo de los siglos.
Terminó, su presentación felicitando al autor por todo el trabajo desarrollado, que ha compatibilizado con las tareas pastorales como capellán castrense, resaltando de la obra la ingente bibliografía final.
Después de la presentación del libro numeroso público, solicito la dedicatoria del mismo