¿Necesitan los militares un trato espiritual especial o el mismo de los demás ciudadanos?
Los militares, la Guardia Civil y los policías son centinelas de la sociedad como lo definió Juan Pablo II. Desde siempre, la Iglesia ha acompañado estos servidores del bien público. Además, es un derecho que viene derivado de la libertad religiosa, anunciando el Evangelio de la Paz donde están estos profesionales que desarrollan una peculiar forma de vida, que les distingue de los demás.
No es lo mismo alguien que puede entrar en combate que quien tiene un empleo civil…
Ciertamente. La gente se pregunta:¿Quién soy yo? o ¿porque estoy aquí? Las grandes preguntas no se hacen de la misma manera en un despacho o en el tajo que cuando una persona se juega la vida. El soldado necesita una mística porque esta dispuesto a dar la vida por salvar a sus conciudadanos.
¿Es su trabajo algo en extinción en un mundo tan laico como el actual?
Somos necesarios. Existe el mal. Lo hemos presenciado hace poco. Si no hay seguridad no hay paz. Tanto Juan Pablo II, como Benedicto XVI y el Papa Francisco han tenido palabras de aliento para los servidores de la sociedad, que defiende la libertad y la justicia de sus conciudadanos. Hay que ayudarles a desempeñar su tarea, lo necesitan porque ellos nos ayudan a todos.
¿Piensa que está bien organizado el servicio religioso dentro de la milicia o se tendrá que actuar de otra manera?
Considero que está bien organizado. El servicio religioso está contemplado en todos los ejércitos de las sociedades libres y democráticas de nuestro entorno. Donde no existe ese tipo de servicio es en las dictaduras porque niegan la dimensión trascendente de las personas. El servicio de asistencia religiosa en España las fuerzas armadas está actualizado como requiere la Iglesia del siglo XXI que quiere el Papa Francisco. También está abierto a otras confesiones, según el número de fieles que tengan en las Fuerzas Armadas. La legislación española es muy clara en la de aceptación de otras confesiones.
¿Es más difícil atender espiritualmente a alguien que ha entrado en combate?
He tenido que hacer muchos entierros de gente que han muerto en Afganistán o Líbano. Sé lo que dar palabras de bálsamo a la familia. De explicar que esa vida perdida no es inútil. Lo mismo puede decirse de los militares que se arriesgan por todos.
¿Cree necesario que los sacerdotes tengan grados militares?
Eso cambia a partir del año que viene. La nueva regulación de nuestro servicio a las Fuerzas Armadas ya no lo contempla. Nuestra tarea es espiritual, no de mando.
Entrevista extraida de diario "Ultima" Hora" de Mallorca.