Un carácter penitencial que marca el lema de cada año y que en esta ocasión fue: “Ten piedad de mí, que soy un pecador” (Lc 18,13).
Esta Jornada, que nació del Jubileo del año de la Misericordia en el año 2016, se celebra cada año el IV domingo de Cuaresma. La parroquia castrense de San Francisco se unió entonces y este año ha vuelto a unirse tras haber regresado a su templo desde que se cerrara al culto el mismo año 2016.
La jornada dio comienzo el viernes 17 a las 21.00 h con la oración ante la Expiración de Cristo, meditando su Pasión, continuando con la Exposición del Santísimo en la custodia de oro, plata y piedras preciosas realizada con la donación de muchos feligreses.
Durante toda la noche del viernes y el día del sábado, se mantuvo el templo abierto con el turno de oradores que se dispuso cada hora para que nunca estuviera solo. Se contó con la colaboración de la Policía Nacional que realizó ronda de vigilancia por la zona.
El sábado, por la mañana, los niños de catequesis realizaron su oración ante el Señor en su turno correspondiente. A las 19.00 h se llevó a cabo la bendición y reserva con el Santísimo Sacramento para dar comienzo al rezo del santo Rosario a las 19.30 h y posterior celebración de la Función Principal de la Cofradía de la Expiración, concluyendo así una intensa jornada de oración ante Dios vivo y presente en el altar.