Los pasados días 2, 3 y 4 de diciembre los alumnos del Seminario Castrense Juan Pablo II estuvieron de convivencia en la casa de las clarisas de Cantalapiedra, una pequeña localidad salmantina.
La convivencia tuvo dos momentos importantes, el sábado, día 3, en el que la Iglesia recuerda la memoria de San Francisco Javier, un jesuita español que, junto con Santa Teresa del Niño Jesús, es patrono universal de las misiones, esa jornada mantuvieron un retiro espiritual impartido por el Arzobispo castrense, Monseñor Juan del Río Martín.
El Arzobispo quiso tener como hilo conductor del retiro el Adviento y la misericordia. Para ello tomó los ejemplos de tres mujeres que nos presentan los evangelios, la samaritana del pozo (Jn 4), la adúltera (Jn 8) y la mujer que lava los pies de Cristo con sus cabellos (Lc 7). Los seminaristas pudieron vivir con intensidad la jornada, muy unidos al Señor.
Al día siguiente, día de Santa Bárbara, patona del Arma de Artillería y del Cuerpo de Ingenieros Politécnicos en su especialidad de armamento, los seminaristas fueron a visitar la emblemática ciudad de Salamanca, no sin antes despedirse de las hermanas clarisas, que les habían acogido con una solicitud maternal. Una vez en la patria de personalidades como Beatriz Galindo, maestra de latín de Isabel la Católica, y el rey Alfonso XI de Castilla, los seminaristas pudieron disfrutar de la gran cantidad de monumentos y lugares tan importantes de nuestro patrimonio, como la Universidad o la Catedral.
La convivencia se desarrolló en un clima de fraternidad que ayudó a los seminaristas a prepararse para la fiesta que nos disponemos a celebrar, conmemorando, una vez más, la venida de nuestro Señor Jesucristo.