La jornada comenzó con la celebración de la Eucaristía votiva del Espíritu Santo, presidida por el Arzobispo Castrense, don Juan del Río. En ella e invocando al Paráclito para que ilumine a los nuevos capellanes en su misión, les recordó la importancia que tendrá en su ministerio pastoral las atención personalizada a cada uno de los hombres y mujeres que componen nuestras Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad, y que será en muchos casos el primer encuentro con Cristo. Además les animó a seguir por el camino de sus hermanos presbíteros que han creado un verdadero cenáculo castrense, unido pese a la gran distancia existente entre nuestras Unidades y guiado por la fraternidad, muy lejos del “chismorreo” y la calumnia eclesial tan criticadas por el Papa Francisco.
A continuación los nuevos capellanes profesaron, ante nuestro Pastor, la Fe de la Iglesia y realizaron el juramento con el que se comprometieron a ser verdaderos colaboradores en la tarea de difundir la Buena Noticia de la Salvación.
Posteriormente fueron recibidos individuamente con solicitud paternal por don Juan del Río para escuchar, guiar y aconsejar a cada uno de ellos, poniéndose como padre a su disposición.
Demos gracias a Dios.